LOS SANTOS MARTIRES DE OTRANTO Y EL PAPA FRANCISCO
Hoy en el Vaticano, el obispo de Roma elevó a los altares,
canonizando como santos a 800 mártires cristianos, decapitados en el año 1480 a
manos de los islamistas.
A la luz de las Escrituras, el obispo de Roma está atrasado
y alejado de la Soberanía de Dios, porque estas personas, si creyeron en Cristo
Jesús el Hijo de Dios, lo confesaron como Señor y Dios, fueron bautizados en el
Nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo; fueron declarados santos por
Dios Padre en aquél preciso momento de su confesión, hace más de 553 años.
Jesús mismo nos enseñó que es el Padre Dios quien nos
santifica por medio de El y de su Palabra: “No son del mundo, como tampoco yo
soy del mundo.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad”
El apóstol Pablo en Su carta es enviada a los santificados
en Cristo Jesús es claro al afirmar con
su autoridad apostólica que todo aquel que invoca el Nombre de Jesucristo es
santo: “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y
el hermano Sóstenes,
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”
En otra parte de las Escrituras leemos: “Porque convenía a
aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas
subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por
aflicciones al autor de la salvación de ellos.
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.” Enseñándonos este pasaje que Uno es quien santifica, esto es Dios Padre, por medio de su Hijo Jesucristo; no por medio de un ritual humano como el llevado a cabo por el obispo de Roma.
Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, En medio de la congregación te alabaré.” Enseñándonos este pasaje que Uno es quien santifica, esto es Dios Padre, por medio de su Hijo Jesucristo; no por medio de un ritual humano como el llevado a cabo por el obispo de Roma.
También en otra parte, el mismo apóstol declara: “Y esto
erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados,
ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.” ¿Cómo es posible que el obispo de Roma esté llevando un proceso
de canonización de estos 800 cristianos que ya fueron santificados en el Nombre
del Señor Jesús y por el Espíritu Santo? ¿Pretende el obispo de Roma que la
santificación llevada a cabo por él, tiene mayor valor que la efectuada por el
Dios Eterno?
A mi entender, estamos frente a una perniciosa herejía, que
busca invalidar la Palabra de Dios, incluso lo determinado por el Altísimo. El
obispo de Roma por seguir y cumplir una Tradición de la iglesia de Roma, ignora
la Escritura y la Tradición Católica Apostólica de la Iglesia de Cristo.
Para si queda alguna duda acerca de que las Escrituras llama
santos a todos los que invocan el Nombre del Señor Jesucristo, arrepintiéndose
de sus pecados y siendo bautizados; he aquí más evidencias bíblicas y de la
Tradición Católica Apostólica:
“Aconteció que Pedro, visitando a todos, vino también a los
santos que habitaban en Lida.
Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.“ Note que el apóstol Pedro visitaba a los santos que habitaban en Lidia.
Y halló allí a uno que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.“ Note que el apóstol Pedro visitaba a los santos que habitaban en Lidia.
El apóstol Pablo manifiesta antes de ir a Jerusalem: “Mas
ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos. Porque Macedonia y Acaya
tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que
están en Jerusalén” Sin lugar a dudas, el apóstol amado nos enseña que los
santos son todos aquellos que invocan el Nombre de Cristo y son miembros del
Cuerpo de Cristo, porque siendo Cristo Santo, todo su cuerpo tiene que ser
santo; y, nosotros somos miembros del cuerpo de Cristo.
Pudiera abundar en citas de las Sagradas Escrituras pero
considero suficiente las que he expuesto, para demostrar que el obispo de Roma
perpetúa un error doctrinal al pretender canonizar para llamar santos a quienes
ya Dios Padre ha santificado y murieron siendo santos por su fe en Cristo
Jesús.
Esta noticia de la canonización de los mártires de Otranto,
tiene también relevancia porque trae a la luz un hecho del pasado, que sin
lugar a dudas retrata el móvil del islam radical, que en nuestros días está
tomando vigencia imparable entre los países árabes.
En el Medio Oriente, en el Norte de Africa y en muchos
países asiáticos, el islam radical toma cada vez más fuerza y beligerancia en
los asuntos de Estado en sus países. En esta historia de los 800 mártires
cristianos, recogemos el mensaje mudo de su testimonio: Todo aquél cristiano
que rehúse apostatar de su fe, ante el avance irresistible del poder islámico,
debe estar dispuesto a perder su cabeza por decapitación, atesorando más morir
por su fe en Cristo el Hijo de Dios, que vivir sin El.
No abrigo ninguna duda, que el islam radical se apoderará de
los países árabes y conformarán una Fuerza imperialista que se extenderá por
todo el mundo, subyugando a las naciones y obligando a las gentes a abrazar el
islam; quien no lo haga, será decapitado o sometido a atroces sufrimientos.
Muchos cristianos apostatarán de su fe. Será el tiempo de la gran Apostasía.
En el diario digital, diariovasco.com podemos leer:
"¿Dónde encontraron la fuerza para permanecer fieles? Precisamente en
la fe, que nos hace ver más allá de los límites de nuestra mirada humana.
Queridos amigos, conservemos la fe que hemos recibido y que es nuestro
verdadero tesoro, renovemos nuestra fidelidad al Señor, incluso en medio de los
obstáculos y las incomprensiones", afirmó.
El Obispo de Roma aseguró que Dios no abandonará a los hombres y no dejará
que les falten las fuerzas ni la serenidad.
"Mientras veneramos a los Mártires de Otranto, pidamos a Dios que
sostenga a tantos cristianos que, precisamente en estos tiempos y en tantas
partes del mundo, todavía sufren violencia, y les dé el valor para ser fieles y
para responder al mal con el bien", agregó.
El pontífice manifestó que los nuevos santos son ejemplos luminosos, pero
que también cuestionan la vida de los cristianos y hacen que se pregunten si
son fieles al Señor y capaces de mostrar la fe "con respeto, pero también
con valentía".
El martirio de los 800 mártires de Otranto, de los que sólo se facilita el
nombre de uno, Antonio Primaldo, se encuadra en el contexto bélico entre
cristianos y musulmanes que dominó durante mucho tiempo las relaciones entre
Europa y el Imperio Otomano.
Tras la caída de Constantinopla, en 1453, el emperador Mohamed II, soberano
del imperio otomano se dirigió hacia el sur de Italia, a la zona más cercana a
las costas de Albania, ya bajo dominio de los turcos.
Era 1479. Los turcos se acercaron con un ejército de 150 naves y 15.000
soldados hacia Otranto, que tenía en ese momento 6.000 habitantes y había
dejado de ser custodiada por los aragoneses, que se habían trasladado a la
Toscana.
Nada más comenzar el asedio, se exigió a los italianos a renegar del
catolicismo y abrazar el Islam. Al rechazarlo, bombardearon la ciudad, la
saquearon y mataron al arzobispo Esteban Pendinelli, y a otros religiosos. Era
el 12 de agosto.
Al día siguiente, el comandante Bajá Gedik Ahmed ordenó que llevaran a
todos los hombres supervivientes mayores de 15 años al campamento turco. Eran
800.
Se les obligó apostatar, pero en nombre de todos, Antonio Primaldo, se negó
y dijo, según la biografía facilitada por el Vaticano, que preferían "mil
veces morir antes que renegar de Cristo y hacerse musulmanes".
Bajá Gedik Ahmed ordenó que les cortaran la cabeza o el cuerpo, lo que se
cumplió. Sus cadáveres quedaron insepultos durante un año, hasta que la ciudad
fue liberada en 1481.”
Ante el recuerdo de lo acontecido hace aproximadamente 1033 años no me queda
más que elevar a nuestro Padre que está en los cielos, acciones de gracias por
el testimonio firme de estos hermanos, que no apostataron de la preciosa fe en
Cristo Jesús, sino que prefirieron el martirio, dando testimonio Jesucristo y de
la Palabra de Dios con sus vidas.
Oro al Señor que llegado el momento, seamos hallados dignos de recibir de
parte de Dios Padre la gracia necesaria para dar testimonio de Jesucristo ante
situaciones semejantes, que han de ocurrir en el futuro cercano, al igual que
ocurre hoy en muchos países musulmanes, donde los cristianos son martirizados
como en el pasado.
Enlace a la historia e los mártires de Otranto: http://es.wikipedia.org/wiki/Otranto
Enlace a la historia e los mártires de Otranto: http://es.wikipedia.org/wiki/Otranto
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